lunes, 26 de abril de 2010

DESPERTAR...


El despertar, el desarrollar nuestra conciencia para estar concientes de lo que somos y en donde estamos, debiera ser la labor más importante de toda nuestra vida.

Sólo construyendo-NOS en lo que somos, podremos mejor comprender y, por lo mismo, participar activamente en manifestar que el Reino de Dios está aquí y ahora.

Somos o debiéramos ser, la expresión conciente y manifiesta del Reino de Dios.

Claramente es una labor permanente, tal cual si construyéramos piedra por piedra nuestro castillo interior. Cada segundo de nuestra vida, debiéramos aprovecharlo en pulimentar cada piedra de nuestro castillo y llevarla al mejor y más provechoso lugar de nuestra edificación.

Cada esfuerzo que hacemos, debiera estar orientado e iluminado por esta conciencia de estar construyéndo-NOS o mejor aún, reconociendo la perfección de la creación de Dios en nosotros.

Este reconocer implica hacer conciencia de que no existe nada casual, nada accidental, nada al azar....

Para quienes el seguir dormidos y continuar con la creencia de que sí había casualidades, accidentes y azar, Yoshua Emmanuel tenía palabras muy duras:

"...dejad que los muertos se ocupen de los muertos..."
(Mateo 8, 22)

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