Somos seres que viven una realidad dual, que tienen una existencia polar y que gozan (o para algunos, padecen) del libre albedrío.
La realidad, como está en la dualidad, se nos presenta como un continuo, recorriendo todas y cada una de las parcelas, de un extremo al otro, de cada cosa. De lo negro oscuro a lo más blanco, pasando por todas las cambinaciones posibles de color; de lo más frío hasta lo más caluroso pasando por todas las temperaturas posibles y en donde sólo en parte de esa amplitud, podemos vivir; de los más amargo a lo más dulce, teniendo capacidad para gustar sólo una parte de ese todo, para no hacernos daño; etc....
Y nuestra existencia es polar. La polaridad nos hace ponderar de una manera más humilde lo que en verdad somos, ni tan santos ni tan pecadores (por decirlo de algún modo) o ambas cosas a la vez, santos y pecadores.
Nuestro libre albedrío, nos permite movernos en el fenómeno de la vida como seres polares, característica fundamental para experimentarnos ampliamente en lo que somos, para experimentarnos en el amor, para comprender qué es aquello que llamamos amor, aprender a centrarnos en él, vivir en comunión con él, y ser capaces de manifestarlo de todas las aspectos de esta vida.
El hecho de ser polares produce una tensión permanente en nuestra vida (polos positivo y negativo), y esa tensión permite que experimentemos a nuestro ser humano-espiritual, en este camino sagrado de SER, que es la vida en la dualidad.
Debemos aprender a conocer esta tensión y a vivir de forma CONCIENTE esta realidad de la polaridad y no ocultárnosla. No creer que porque estamos haciendo algo que socialmente denominamos "bueno", no tendremos inclinaciones a aquello que socialmente denominamos como "malo", o al menos como reprochable. Tener ambas es parte de nuestra realidad humana, de este ser POLAR.
Nuestra existencia se dará en este ámbito de la polaridad y su manifestación se hará en el mundo dual. Esta combinación hace que nuestro viaje sea siempre novedoso y en el cual debemos estar siempre alertas.
Ahora bien, para muchos, este viaje es algo monótono y lleno de tragedias.... y quizás tengan muchas razones para creer aquello, sin embargo, siento que hay al menos una razón poderosa para seguir acá y avanzar... el poder experimentar el amor, entendido como el amor a uno mismo y el amor a los demás....
Recuerden que lo más importante de la experiencia del ser humano-espiritual es vivir el SER, lo que somos... y que todo lo que hagamos, nuestro HACER, sólo tiene sentido si es una manifestación de lo que somos, el SER.
(1a Corintios 1, 1-13)
Haremos el viaje de forma CONCIENTE...??
La realidad, como está en la dualidad, se nos presenta como un continuo, recorriendo todas y cada una de las parcelas, de un extremo al otro, de cada cosa. De lo negro oscuro a lo más blanco, pasando por todas las cambinaciones posibles de color; de lo más frío hasta lo más caluroso pasando por todas las temperaturas posibles y en donde sólo en parte de esa amplitud, podemos vivir; de los más amargo a lo más dulce, teniendo capacidad para gustar sólo una parte de ese todo, para no hacernos daño; etc....
Y nuestra existencia es polar. La polaridad nos hace ponderar de una manera más humilde lo que en verdad somos, ni tan santos ni tan pecadores (por decirlo de algún modo) o ambas cosas a la vez, santos y pecadores.
Nuestro libre albedrío, nos permite movernos en el fenómeno de la vida como seres polares, característica fundamental para experimentarnos ampliamente en lo que somos, para experimentarnos en el amor, para comprender qué es aquello que llamamos amor, aprender a centrarnos en él, vivir en comunión con él, y ser capaces de manifestarlo de todas las aspectos de esta vida.
El hecho de ser polares produce una tensión permanente en nuestra vida (polos positivo y negativo), y esa tensión permite que experimentemos a nuestro ser humano-espiritual, en este camino sagrado de SER, que es la vida en la dualidad.
Debemos aprender a conocer esta tensión y a vivir de forma CONCIENTE esta realidad de la polaridad y no ocultárnosla. No creer que porque estamos haciendo algo que socialmente denominamos "bueno", no tendremos inclinaciones a aquello que socialmente denominamos como "malo", o al menos como reprochable. Tener ambas es parte de nuestra realidad humana, de este ser POLAR.
Nuestra existencia se dará en este ámbito de la polaridad y su manifestación se hará en el mundo dual. Esta combinación hace que nuestro viaje sea siempre novedoso y en el cual debemos estar siempre alertas.
Ahora bien, para muchos, este viaje es algo monótono y lleno de tragedias.... y quizás tengan muchas razones para creer aquello, sin embargo, siento que hay al menos una razón poderosa para seguir acá y avanzar... el poder experimentar el amor, entendido como el amor a uno mismo y el amor a los demás....
Recuerden que lo más importante de la experiencia del ser humano-espiritual es vivir el SER, lo que somos... y que todo lo que hagamos, nuestro HACER, sólo tiene sentido si es una manifestación de lo que somos, el SER.
(1a Corintios 1, 1-13)
Haremos el viaje de forma CONCIENTE...??
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