Mirar nuestro interior, atrevernos a ir a aquellos lugares que hemos abandonado, que hemos ocultado, cerrado, tapeado, no es nada fácil y en muchos casos requiere de procesos previos que nos preparen para dar los pasos necesarios para aquello.
Sin embargo, es importante saber que como seres humanos somos seres que viven en la polaridad. Es decir todos los seres humanos tenemos dos polos, uno positivo y otro negativo. El hecho de tener estos dos polos, es lo que permite nuestra existencia.
Para mejor comprender este concepto, tomemos el ejemplo de aquello que tenemos más cerca, nuestra respiración. Nosotros no podemos vivir si solo inspiramos (nuestro polo positivo)... en algún momento no podremos tomar más aire y será necesario expirar (nuestro polo negativo), que soltemos el aire. La combinación de ambos, inspirar y expirar (polo positivo y negativo), permite la frecuencia respiratoria que nos da el aire necesario para vivir y existir.
Entonces si llevamos este concepto de polaridad a nuestra existencia, a toda ella, podremos comprender mejor que no somos ni buenos ni malos, conceptos errados y totalmente religiosos.
Somos seres polares, que por nuestro libre albedrío y nuestra necesidad de experimentarnos en lo que somos, muchas veces podemos tomar decisiones que nos hacen daño a nosotros o a terceros.
Esta realidad debe apuntar a ser capaces de medir nuestros actos en cuanto nos producen bienestar o daño y en cuanto somos cuidadosos de los demás.
Entonces cuando hagamos el proceso de ir a explorar nuestro interior, consideremos que encontraremos aspectos que nos gusten (polo positivo) y otros que no (polo negativo) y que eso es así, ambos son necesarios para poder experimentarnos y ser lo que somos, y hacer este camino humano-espiritual.
Sin embargo, es importante saber que como seres humanos somos seres que viven en la polaridad. Es decir todos los seres humanos tenemos dos polos, uno positivo y otro negativo. El hecho de tener estos dos polos, es lo que permite nuestra existencia.
Para mejor comprender este concepto, tomemos el ejemplo de aquello que tenemos más cerca, nuestra respiración. Nosotros no podemos vivir si solo inspiramos (nuestro polo positivo)... en algún momento no podremos tomar más aire y será necesario expirar (nuestro polo negativo), que soltemos el aire. La combinación de ambos, inspirar y expirar (polo positivo y negativo), permite la frecuencia respiratoria que nos da el aire necesario para vivir y existir.
Entonces si llevamos este concepto de polaridad a nuestra existencia, a toda ella, podremos comprender mejor que no somos ni buenos ni malos, conceptos errados y totalmente religiosos.
Somos seres polares, que por nuestro libre albedrío y nuestra necesidad de experimentarnos en lo que somos, muchas veces podemos tomar decisiones que nos hacen daño a nosotros o a terceros.
Esta realidad debe apuntar a ser capaces de medir nuestros actos en cuanto nos producen bienestar o daño y en cuanto somos cuidadosos de los demás.
Entonces cuando hagamos el proceso de ir a explorar nuestro interior, consideremos que encontraremos aspectos que nos gusten (polo positivo) y otros que no (polo negativo) y que eso es así, ambos son necesarios para poder experimentarnos y ser lo que somos, y hacer este camino humano-espiritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario