Muchas veces desarrollamos nuestras relaciones en función de algún interés, de miedos, de satisfacción de carencias, o sencillamente por la ilusión de que un otro, cualquier otro, llene mis expectativas, satisfaga mis necesidades y aleje mi soledad.
Esto sucede cuando nuestro "amor" se transforma en amor mercenario ya que depende de las cualidades y acciones del otro.
Esta forma de vincularnos surge de un corazón volcado hacia el exterior, hacia las formas, un corazón no centrado en sí mismo, en el SER.
Los vínculos, TODOS, debieran surgir como expresión de una vida interior que es capáz de mirarse a sí misma - sus luces y sus sombras - y que ha sido capáz de evolucionar en el Amor.
Esta evolución en el Amor implica un trabajo, es decir, un esfuerzo de la voluntad y de la razón por comprender lo que nuestro ser "físico-emocional-animal" percibe y expresa y, a partir de esa realidad concreta, hacer los cambios necesarios para resignificar, moldear, modular y conducir al SER a mejores pastos y aguas para que el ser "humano-espiritual", se manifieste.
Este es el paso funcional clave para permitir que nuestro corazón se centre en sí mismo y no en la formas externas que nuestro tipo de sociedad promueve.
Es tiempo de comenzar a despertar de la modorra, es tiempo de tapar nuestros oídos a los cantos de sirena y fijarnos en nuestro Norte.
Una vez que tomemos la decisión de comenzar a hacer por nosotros, para nosotros y nuestro despertar, comenzará el cambio y haremos que nuestro ser "humano-espiritual" surja.
Ya es tiempo de la METANOIA.
Esto sucede cuando nuestro "amor" se transforma en amor mercenario ya que depende de las cualidades y acciones del otro.
Esta forma de vincularnos surge de un corazón volcado hacia el exterior, hacia las formas, un corazón no centrado en sí mismo, en el SER.
Los vínculos, TODOS, debieran surgir como expresión de una vida interior que es capáz de mirarse a sí misma - sus luces y sus sombras - y que ha sido capáz de evolucionar en el Amor.
Esta evolución en el Amor implica un trabajo, es decir, un esfuerzo de la voluntad y de la razón por comprender lo que nuestro ser "físico-emocional-animal" percibe y expresa y, a partir de esa realidad concreta, hacer los cambios necesarios para resignificar, moldear, modular y conducir al SER a mejores pastos y aguas para que el ser "humano-espiritual", se manifieste.
Este es el paso funcional clave para permitir que nuestro corazón se centre en sí mismo y no en la formas externas que nuestro tipo de sociedad promueve.
Es tiempo de comenzar a despertar de la modorra, es tiempo de tapar nuestros oídos a los cantos de sirena y fijarnos en nuestro Norte.
Una vez que tomemos la decisión de comenzar a hacer por nosotros, para nosotros y nuestro despertar, comenzará el cambio y haremos que nuestro ser "humano-espiritual" surja.
Ya es tiempo de la METANOIA.
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