Cada día se nos hace más evidente que la forma y maneras de vivir que tenemos como sociedades occidentales, están fallando en alguna parte que atentan contra nuestra humanidad.
Las dolencias y malestar que sentimos - que pueden ser nuestros KAYRÓS, si es que ponemos atención a ellos - que las más de las veces se nos manifiestan como enfermedad, nos dan una señal de alerta de que algo en nosotros no está bien, que algo en nosotros está fuera de armonía.
Estas señales debieran ser más que suficientes para que pongamos atención a aquello y que hagamos METANOIA a los formatos o a la fuente o a los contenidos y significaciones de nuestra vida o al menos de lo que creemos de ella, es decir actuar sobre nuestro micro y macro cosmos, nuestros OIKOUMENE.
Lamentablemente como nuestra sociedad nos educa en el temor (temor a perder el trabajo, temor a perder la pareja, temor a perder los hijos, temor a perder los bienes, temor a perder cualquier cosa, como si el "tener" o "poseer", fuera algo esencial para nuestras vidas) nos es muy difícil tomar acciones para corregir o eliminar todo aquello que nos hace daño.
El ser capáz de poner atención a nuestras señales orgánicas, poner atención a las señales emocionales que nos envía nuestro organismo frente a las circunstancias de la vida, es la actitud fundamental para poder, a partir de aquella constatación, verificar no sólo lo que sentimos, sino que intentar comprender qué es lo que nos produce tal o cual emoción y sensación física.
Con esto medianamente claro, podremos intentar verificar los porqué de lo que sentimos, es decir, no sólo debemos conformarnos con identificar lo que sentimos y qué es lo que provoca nuestras emociones, sino que debemos dar el paso siguiente e intentar comprender el o los porqué de aquello, es decir que emoción o emociones se mueven en nosotros y porqué es esa o esas emociones y no otras.
Con estas dos grandes áreas de nuestro sentir ya más clarificadas, podremos dar finalmente el tercer paso, el fundamental, el que provoca la METANOIA en nosotros, y se refiere a comprender el para qué de todo esto que sentimos, es decir, comprender el objetivo de la sabiduría de nuestro organismo que nos envía estas señales emocionales y físicas para que comprendamos lo que debemos cambiar en nosotros para crecer en tolerancia, en flexibilidad, en alegría que son elementos básicos de nuestro ser humanos manifestados en nuestro OIKOUMENE.
Las dolencias y malestar que sentimos - que pueden ser nuestros KAYRÓS, si es que ponemos atención a ellos - que las más de las veces se nos manifiestan como enfermedad, nos dan una señal de alerta de que algo en nosotros no está bien, que algo en nosotros está fuera de armonía.
Estas señales debieran ser más que suficientes para que pongamos atención a aquello y que hagamos METANOIA a los formatos o a la fuente o a los contenidos y significaciones de nuestra vida o al menos de lo que creemos de ella, es decir actuar sobre nuestro micro y macro cosmos, nuestros OIKOUMENE.
Lamentablemente como nuestra sociedad nos educa en el temor (temor a perder el trabajo, temor a perder la pareja, temor a perder los hijos, temor a perder los bienes, temor a perder cualquier cosa, como si el "tener" o "poseer", fuera algo esencial para nuestras vidas) nos es muy difícil tomar acciones para corregir o eliminar todo aquello que nos hace daño.
El ser capáz de poner atención a nuestras señales orgánicas, poner atención a las señales emocionales que nos envía nuestro organismo frente a las circunstancias de la vida, es la actitud fundamental para poder, a partir de aquella constatación, verificar no sólo lo que sentimos, sino que intentar comprender qué es lo que nos produce tal o cual emoción y sensación física.
Con esto medianamente claro, podremos intentar verificar los porqué de lo que sentimos, es decir, no sólo debemos conformarnos con identificar lo que sentimos y qué es lo que provoca nuestras emociones, sino que debemos dar el paso siguiente e intentar comprender el o los porqué de aquello, es decir que emoción o emociones se mueven en nosotros y porqué es esa o esas emociones y no otras.
Con estas dos grandes áreas de nuestro sentir ya más clarificadas, podremos dar finalmente el tercer paso, el fundamental, el que provoca la METANOIA en nosotros, y se refiere a comprender el para qué de todo esto que sentimos, es decir, comprender el objetivo de la sabiduría de nuestro organismo que nos envía estas señales emocionales y físicas para que comprendamos lo que debemos cambiar en nosotros para crecer en tolerancia, en flexibilidad, en alegría que son elementos básicos de nuestro ser humanos manifestados en nuestro OIKOUMENE.
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