lunes, 30 de marzo de 2009

EL CAMINO DE LA EXPERIENCIACIÓN


Como seres humanos concientes, o más bien, que queremos estar concientes de lo que somos y de nuestra vida, es fundamental la experiencia que podemos lograr para aperturar y ampliar nuestra conciencia.

Esta misma nos permite no sólo una serie de herramientas útiles para nuestra sobrevivencia, sino que también habilidades para la vida diaria, social y cultural.

Sin embargo, hay un cierto nivel de circunstancias que poco o nada consideramos y que claramente las desaprovechamos para nuestra obtención de experiencias que luego será nuestro aprendizaje de vida como seres humano-espirituales. A veces, incluso los hechos más importantes de nuestra vida, también los desaprovechamos y sólo nos quedamos con lo anecdótico de lo mismo.

Quizás por el tráfago de la vida o porque estamos "dormidos" (con el piloto automático activo) no alcanzamos a darnos cuenta de lo que nos sucedió y de nuestra circunstancia o sólo logramos captar cierto nivel de todo ello y eso es totalmente insuficiente como para obtener experiencia.

Como no logramos generar experiencias de gran parte de nuestras circunstancias vividas, volvemos a repetir el ciclo y repetimos y repetimos y a la larga, generamos un círculo vicioso pues al repetir y repetir reafirmamos y justificamos nuestra forma de hacer y entender las cosas.

Sin embargo, es necesario considerar que junto con la generación de estos círculos viciosos se han establecido algunos paradigmas negativos, los que no nos permitirán entender nuestros propios procesos y la vida misma de una forma armoniosa.

Es bastante común que por este hecho de no haber generado experiencias, sólo seamos capaces de reaccionar ante las circunstancias de la vida y no nos será posible accionar o tomar las riendas de nuestra propia vida.

Entender lo qué sucedió en nuestra vida, con la mayor objetividad que nos sea posible, nos permitirá entender QUÉ nos pasó, es decir entender el SUCESO.

Dar el paso siguiente implicará hacernos la pregunta del PORQUÉ y entender el porqué de aquello que nos sucedió, implicará aún, un mayor esfuerzo de objetividad. Esto ya nos permitirá dar un paso importante en nuestra acercamiento a la armonía que perdimos por este mismo suceso. Este paso del porqué nos abrirá a un nivel en el que comprenderemos de que hay varios porqué y en distintos niveles y son todos importantes. Esto es como ir al cine, en donde la película que vemos es nuestra propia vida, pero aquella que ya nos pasó y en donde no es necesario ningún compromiso emocional que asocie al "actor" de la película, con nosotros mismos.

Con todo esto sí generaremos experiencia, pero será de aquella que nos permitirá el desarrollo de nuestra capacidad de sobrevivencia y que normalmente implicará mejorar en algún nivel la flexibilidad en nuestras vidas.

Sin embargo, aún no seremos cepaces de generar la experiencia de desarrollo de nuestra conciencia en el entendido de la METANOIA.

La experiencia que nos generará la METANOIA, implica que nos respondamos el PARA QUÉ hemos vivido este suceso, y esta pregunta es necesario responderla desde lo positivo, desde la mirada el AMOR (así con mayúsculas) pues sólo respondiéndola desde esta mirada, aperturaremos nuestra conciencia y generaremos nuestra mirada propia, ensimismada (no en el sentido egoico), profunda y sanadora. Esta respuesta será un KAYRÓS en nuestra vida y no la olvidaremos de ninguna manera ni tampoco la confundiremos.

Sólo este tipo de mirada nos permitirá comprender lo que dijo Yoshua Emmanuel cuando enseñó que frente a una bofetada en la mejilla, era necesario poner la otra...

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