lunes, 3 de noviembre de 2008

KAYRÓS, METANOIA, OIKOUMENE


Muchas veces se nos ha preguntado qué es Metanoia, Kayrós y qué es Oikoumene y porqué los consideramos tan importantes en nuestro quehacer.

Por nuestra observación, sabemos que cada uno de nosotros busca la aceptación, la incorporación, el aprecio de los demás y que para ello, genera ciertos comportamientos.

Muchos de estos comportamientos, se fundamentan en formas de pensar que en algun momento de nuestra vida los hemos considerado como verdaderos o simplemente los hemos aceptado sin mayores cuestionamientos, porque éramos muy niños, porque eran nuestros padres quienes nos los entregaban, o nuestros profesores, etc.... Otros los hemos ido desarrollando nosotros mismos en una especie de prueba/error que validaba o no tal o cual acción o comportamiento o forma de pensar.

A todos estos pensamientos que animan nuestro comportamiento y que están fijados - voluntaria o involuntariamente - en nuestro ser, los denominamos PARADIGMAS.

Estos paradigmas en general no tienen nada de cuestionable siempre y cuando nos permitan flexibilidad, movimiento, adecuación y libertad. Y estas características son sumamente importantes porque en nuestro mundo lo único permanente es el cambio y debemos saberlo, aceptarlo y asumirlo.

En consideración de esta realidad, estos paradigmas nos hacen mal si nos hacen personas rígidas, personas que se paralizan por el miedo de hacer, o personas esclavizadas a hábitos, formas o maneras.

Las consecuencias de unos u otros paradigmas son bien diferentes y sólo somos capaces de darnos cuenta de ello en los momentos de crisis, es decir, en los momentos en que asumimos que obtendremos ciertas respuestas a nuestros actos y como estas nunca llegan, nos desarmonizamos.

Estos momentos de crisis - que son únicos e irrepetibles - son momentos propicios para la reflexión y la toma de conciencia, son una inmensa oportunidad que nos regala la vida para que pongamos luz a nuestras zonas oscuras, son los momentos especiales que tenemos para poder evaluar nuestra vida, son el KAYRÓS de la vida.

Si estamos lo suficientemente atentos, aprovecharemos estos Kayrós para verificar nuestras vidas, para buscar los paradigmas que han animado tal o cual comportamiento, y tomar la decisión de hacer los cambios necesarios que nos permitan lograr esta anhelada armonía que hemos perdido.

A este hacer cambios a nuestra forma de pensar y actuar para ser mejores personas, lo llamamos METANOIA.

Sin embargo, este ser mejores personas aún es insuficiente para lograr la Metanoia, para mover la voluntad del cambio y aprender a ser flexibles y ser capáces de adecuarnos a cada realidad que nos toca, sin perder la alegría de vivir.

Nosotros somos capaces de hacer los cambios necesarios, o al menos tomar la decisión de aquello para después poco a poco ir manifestando esta nueva realidad, sólo cuando comprendemos que esto mejorará nuestra percepción de la realidad, mejorará nuestro mundo, nuestro OIKOUMENE.

Este Oikoumene, tiene dos facetas, una externa y otra interna, y cada una está profundamente interrelacionada con la otra, sin embargo el mundo conocido, el que vemos a cada instante, en el que nos desenvolvemos todos (el macrocosmos) es la manifestación de este mundo interior, personal, secreto e íntimo (nuestro microcosmos).

Y es en este Oikoumene, en este mundo interno, en este microcosmos, donde nos corresponde trabajar, delicadamente, sin prisas, pero también sin pausas. De esto depende nuestra armonía y nuestra salud tanto personal como comunitaria.

Es a esta constante METANOIA a la que estamos llamados como humanidad, es a vivir cada KAYRÓS intensamente, para poder construir un OIKOUMENE cada vez más inclusivo, más solidario y más humano. Hacer METANOIA es hacer que el REINO DE DIOS sea hoy.

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