lunes, 29 de septiembre de 2008

NUESTROS SILENCIOS


Como hemos conversado, nuestra realidad la vamos construyendo día a día con nuestras palabras y acciones.

Es importante darle el valor que tiene a nuestras palabras, porque son ellas las que van permitiendo que nuestras relaciones "hacia afuera", hacia los demás tengan un significado, permitan la generación de confianzas, transmitan nuestras emociones, ideas, conceptos, permiten que me manifieste en lo que soy.

No siendo la única forma de expresión que tenemos, sin duda es la más cotidiana y la que nos va determinando si la usamos de mala forma.

La palabra o "verbo", sin dudas es una manifestación de nuestra capacidad co-creadora. Con ella vamos creando nuestra realidad pues al pronunciarlas, fijamos la realidad en tanto cuanto las palabras utilizadas.

Hagamos esto de forma conciente o inconciente, vamos creando la realidad que vivimos, al definir-Nos (yo mismo y mi entorno) mediante nuestras propias palabras.

Quizás por este poder que tienen las palabras en la configuración de nuestra propia realidad, es que debemos tener gran cuidado en su utilización. De hecho pareciera lógico que más valdría no hablar tanto de forma de no condicionar nuestra generación de realidades.

Sabiamente nuestro cuerpo tiene sólo una boca, dos ojos y dos oidos..... quizás debiéramos ocuparnos de ver y oir "el doble" de lo que hablamos.....

Yoshua Emannuel ya nos iluminaba esta cuestión al decir que lo que ensuciaba al hombre no era lo que entraba en él - en clara alusión a la comida y bebida - sino que más bien, lo que lo ensuciaba, era lo que salía de su boca (Mateo 15, 11)

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