Muchas veces escuchamos que DIOS es AMOR, que tanto nos amó que dio su vida por nosotros, que el CRISTO es DIOS hecho hombre y muchas más frases así... todas inalcanzables por su complejidad y consecuencias...
Yo por ahora me quedo con algo mucho más concreto y siguiendo en la misma linea de lo que hemos venido centrando nuestras conversaciones, Yoshua Emmanuel y sus enseñanzas en parábolas y acciones sobre lo que es el AMOR.
Yoshua Emmanuel vino a este mundo nuestro, con todo lo bueno y malo que este tiene. Vino y se quedó años viviendo entre nosotros. Vivió y murió como humano. No fue un SER que tomó la "forma" humana, no Yoshua Emmanuel ES un humano como todos nosotros y, con todo aquello, vivió de una forma extraordinaria.
Por qué digo esto, porque Él como nadie, comprendió la importancia esencial del ejercicio del AMOR, pero no aquel amor dulzón de telenovela o de las frases "amorosas" y empalagosas que tanto acostumbramos, sino que de un AMOR de realidades y que te permiten crecer y ser libre.
Él habló y actuó con toda libertad ante todos, centrado en sí, centrado en su vida de oración - fijarse que antes de que desarrollara cualquier actividad, siempre oró - pero además, con paz y armonía que le permitieron entrar al Templo a sacar a latigazos a los mercaderes para luego, sanar a ciegos y cojos y después enseñar en el mismo Templo (Mateo 21, 12-15).
Este mismo Yoshua Emmanuel es el que dijo sobre sí mismo a lo que venía a este, nuestro mundo: "...he venido para que tengan VIDA y la tengan en abundancia..." (Juan 10, 10) pero no habla de cualquier vida, habla de una vida verdadera no una de ilusiones ni de expectativas, una en que estemos nosotros en el centro de nuestro propio camino.
Yoshua se identifica a sí mismo con el Buen Pastor (Juan 10, 11) que cuida a sus ovejas y que reconoce a cada una por su nombre (Juan 10, 14) y sobre todo que está dispuesto a dar la vida por ellas (Juan 10, 15), POR NOSOTROS que somos esas ovejas con nombres y apellidos...
Yo por ahora me quedo con algo mucho más concreto y siguiendo en la misma linea de lo que hemos venido centrando nuestras conversaciones, Yoshua Emmanuel y sus enseñanzas en parábolas y acciones sobre lo que es el AMOR.
Yoshua Emmanuel vino a este mundo nuestro, con todo lo bueno y malo que este tiene. Vino y se quedó años viviendo entre nosotros. Vivió y murió como humano. No fue un SER que tomó la "forma" humana, no Yoshua Emmanuel ES un humano como todos nosotros y, con todo aquello, vivió de una forma extraordinaria.
Por qué digo esto, porque Él como nadie, comprendió la importancia esencial del ejercicio del AMOR, pero no aquel amor dulzón de telenovela o de las frases "amorosas" y empalagosas que tanto acostumbramos, sino que de un AMOR de realidades y que te permiten crecer y ser libre.
Él habló y actuó con toda libertad ante todos, centrado en sí, centrado en su vida de oración - fijarse que antes de que desarrollara cualquier actividad, siempre oró - pero además, con paz y armonía que le permitieron entrar al Templo a sacar a latigazos a los mercaderes para luego, sanar a ciegos y cojos y después enseñar en el mismo Templo (Mateo 21, 12-15).
Este mismo Yoshua Emmanuel es el que dijo sobre sí mismo a lo que venía a este, nuestro mundo: "...he venido para que tengan VIDA y la tengan en abundancia..." (Juan 10, 10) pero no habla de cualquier vida, habla de una vida verdadera no una de ilusiones ni de expectativas, una en que estemos nosotros en el centro de nuestro propio camino.
Yoshua se identifica a sí mismo con el Buen Pastor (Juan 10, 11) que cuida a sus ovejas y que reconoce a cada una por su nombre (Juan 10, 14) y sobre todo que está dispuesto a dar la vida por ellas (Juan 10, 15), POR NOSOTROS que somos esas ovejas con nombres y apellidos...
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