martes, 8 de abril de 2008

EN GETSEMANÍ...


Un buen ejemplo de la fé, desde el punto de vista de la naturaleza humana y el salto al vacío que la fé implica - de doblegar el ser personal, el EGO - es el momento de la oración que Yoshua Emmanuel hace en el huerto de olivos en Getsemaní.

Él sabe que será apresado por la guardia del Sanedrín, sabe que será llevado frente al gobernador romano, que será humillado, desnudado, azotado, crucificado y que estando allí, sus pocas pertenencias serán sorteadas entre los soldados que le crucifican, que su madre estará allí, que sus amigos y seguidores lo verán colgado allí, humillado y sangrante.

Sabe que el dolor será tan pero tan profundo, que ruega a Dios que no le ponga esa prueba, le pide "aleja de mí esta copa" pues sabe que será la más amarga que humano alguno le ha tocado beber. Es tal su angustia frente a este sufrimiento, que suda sangre…

Finalmente luego de orar y meditar, de visualizar el todo y de comprender "su parte" en esta trágica trama, da el paso de la Fé, y dice: que se hága TÚ voluntad...

Pero este paso debemos entenderlo como uno dado en pleno conocimiento de lo que se le viene encima y que no es un simple dolor de muelas, ni tampoco una pena de amor, o una pérdida de empleo o un cambio en mi estatus social o cosa semejante.

Es la entrega total del SER en la Fé al comprender con estos nuevos ojos, la realidad de lo que es...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando se alcanza la comprensión del rol único e irrepetible, que cada uno desempeña en la trama de la vida,el grueso telón del miedo cae inexorablemente,dejandonos frente a frente a una de las mayores aspiraciones del hombre, la libertad.

Rossy