
Hoy vi algo raro. Yendo en autobús al centro de la ciudad, subieron dos jóvenes, ella muy gorda y colorada, sudorosa por el calor, vestida con unos jeans ajustadísimos y una polo; él muy flaco y evidentemente menor y más bajo que ella, totalmente embelezado, tomado de su mano, la miraba casi boquiabierto y sonriente.
Ese cuadro me sorprendió particularmente cuando el culto a la belleza y a la moda hace estragos en esta ciudad y país, con niñas intentando imitar a las modelos y artistas y sus madres esforzándose por intentar vestirlas a la moda para que ellas puedan socializar y crecer relativamente sanas mentalmente.
Es importante el amor, amar y ser amados. Cuando sucede, nos sanamos de muchos de nuestros males e incluso nos ponemos más atractivos.
Hay que amar, aunque nos equivoquemos, esa es nuestra ruta de crecimiento, pero siempre hay que distinguir si amamos de verdad o simplemente estamos entusiasmados con alguien.
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