
Sus creaturas le amaban bien y querían estar todo el día junto a ÉL pero eso, ÉL lo sabía, a la larga no permitiría que sus creaturas crecieran, que fueran independientes y que cumplieran su destino de ser como ÉL mismo.
Entonces decidió no sólo conversar con cada una de ellas sino que también desarrollar un juego de astucia, memoria e inteligencia, que les permitiera crecer y conocer.
Después de explicarle a cada una de sus creaturas en qué consistiría el juego, se los grabó en el corazón para que nunca más lo olvidaran y lo inició ocultándose de sus creaturas en un árbol. Después de algún tiempo en que sus creaturas lo buscaron, lo encontraron en el árbol e hicieron una fiesta para compartir la alegría del encuentro y del descubrimiento, cantaron y rieron hasta que las creaturas se durmieron.
Fué en ése momento en que ÉL se alejó del lugar y se escondió en el río. Al despertar, sus creaturas lo buscaron por el lugar y prontamente se dieron cuenta que ÉL nuevamente se había escondido y se dieron a la tarea de buscarlo. Pasaron los días hasta que lo encontraron y nuevamente fue la algarabía y el canto, el festín que hicieron duró hasta el amanecer del día siguiente cuando cayeron rendidos y se durmieron, ÉL otra vez se alejó y escondió en un volcán lejano.
Sus creaturas fueron despertando de a poco y lentamente se dieron cuenta que ÉL ya no estaba en el lugar y que nuevamente debían buscarlo. Esta vez pasaron semanas y semanas de búsqueda pero finalmente lo encontraron y nuevamente fue la fiesta.
Y así ÉL se escondía y ellas lo encontraban, y sus escondites fueron cada vez más difíciles y originales: las nubes, la lluvia, el rayo, la luna, el sol, el cielo y sus creaturas cada vez tardaban más en encontrarlo, pero lo hacían y cada vez que lo lograban la fiesta y alegría era más grande.
Aunque cada vez sus creaturas se demoraban más tiempo en encontrarlo, el juego era más apasionante y divertido y así ÉL decidió la prueba final, esconderse en un lugar en el que a sus creaturas realmente les costara encontrarle y se escondió en el corazón de cada una de ellas.
Han pasado las centurias y los milenios y sus creaturas le siguen buscando para celebrar ese festín final de alegría y canto en esas tierras de leche y miel.
Tienes tu brújula a mano?
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