La esposa de un hombre se puso muy enferma, y en su lecho de muerte le dijo, “¡Te amo tanto! No quiero dejarte, y no quisiera que me traicionaras. Prométeme que no verás a ninguna otra mujer después que muera, o volveré y me apareceré.”
Durante varios meses después de su muerte, el marido evitó a otras mujeres, pero entonces conoció a alguien, y se enamoró. La noche en que se comprometían para casarse, el fantasma de su ex esposa se le apareció. Lo culpó por no mantener la promesa, y después, cada noche volvió para fastidiarlo. El fantasma le rememoraba todo lo que hacía durante el día con su prometida, hasta el punto de repetir, palabra por palabra, sus conversaciones. Le afectó tanto, que no podía dormir.
Desesperado, pidió consejo a un maestro del Zen que vivía cerca de la aldea. “Este es un fantasma muy listo”, dijo el maestro luego de escuchar la historia del hombre. “¡Sí, lo es!”, contestó el hombre, “recuerda cada detalle de lo que digo y hago. ¡Lo sabe todo!” El maestro sonrió, ”Usted debería admirar a un fantasma como éste; pero le diré qué tiene que hacer la próxima vez que lo vea.”
Esa noche el fantasma volvió y el hombre hizo exactamente como el maestro le había aconsejado. “Eres un fantasma tan sabio”, dijo, “Sabes que no puedo ocultarte nada. Si puedes contestarme una pregunta, interrumpiré mi compromiso y me quedaré solo por el resto de mi vida”. “Haz tu pregunta”, contestó el fantasma. El hombre recogió un puñado de frijoles de una gran bolsa que estaba en el piso, “Dime exactamente cuántos frijoles hay en mi mano.”
En ese momento el fantasma desapareció y nunca más regresó.
1 comentario:
Excelente. No vemos en ocasiones que lo que vemos no es sino el reflejo de nuestros propios fantasmas.
Te pido permiso para compartir las publicaciones que sienta para mi blog.Muchísimas gracias.
Saludos cordiales.
Mari Carmen
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