lunes, 22 de noviembre de 2010

LOS CÍRCULOS DE LA VIDA


Los Cazadores de Sueños se conocían en el lenguaje Anishinabee como "Bawaadjigan" y eran primigeniamente de origen Ojibwe.

De acuerdo a la leyenda, los Cazadores de Sueños se colgaban originalmente sobre las cunas de los bebés.

Dado que los sueños son mensajes del mundo espiritual, los buenos sueños siendo inteligentes hallarán su camino a través del agujero central bajando por las plumas sagradas hasta el durmiente.

Los malos sueños, al ser estúpidos, quedarán atrapados en la red y serían destruidos con las luces de la mañana.

Se decía también que los atrapasueños favorecerían los buenos sueños, la buena fortuna y la armonía familiar.

Pero vayamos a la leyenda Lakota:

Hace mucho tiempo cuando el mundo era aún joven, un viejo líder espiritual Lakota estaba en una montaña alta y tuvo una visión. En esta visión Iktomi, el gran maestro bromista de la sabiduría se le aparecía en forma de una araña.

Iktomi hablaba con él en un lenguaje secreto, que sólo los líderes espirituales de los Lakotas sabían entender. Mientras le hablaba, Iktomi -la araña- tomó un trozo de rama del sauce más viejo. Le dió forma redonda y con plumas, pelo de caballo, cuentas y adornos empezó a tejer una telaraña.

Hablaron de los círculos de la vida, de como empezamos la existencia como bebés y crecemos a la niñez y después a la edad adulta, para llegar finalmente a la vejez, cuando debemos volver a cuidar de los bebés, completando así el circulo.

Pero Iktomi -dijo mientras continuaba tejiendo su red- "en todo momento de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas otras malas- Si te encuentras en las buenas ellas te guiarán en la dirección correcta. Pero si escuchas a las fuerzas malas, ellas te lastimarán y te guiarán en la dirección equivocada". Y continuó: "Hay muchas fuerzas y diferentes direcciones y pueden interferir con la armonía de la naturaleza. También con el gran espíritu y sus maravillosas enseñanzas".

Mientras la araña hablaba continuaba entretejiendo su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro. Cuando Iktomi terminó de hablar, le dio al anciano Lakota la red y le dijo: "mira la telaraña es un circulo perfecto, pero en el centro hay un agujero, úsala para ayudarte a ti mismo y a tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas de la gente, sus sueños y sus visiones. Si crees en el Gran Espíritu, la telaraña retendrá tus buenas ideas y las malas se irán por el agujero".

El anciano Lakota, le pasó su visión a su gente y ahora los indios usan el atrapasueños como la red de su vida. Se cuelgan encima de las camas, en su casa para escudriñar sus sueños y visiones. Lo bueno de los sueños queda capturado en la telaraña de la vida y vive con ellos. Lo malo escapa a través del agujero del centro y no será nunca más parte de ellos.

Los Lakota creen que el atrapasueños sostiene el destino de su futuro.


Yoshua Emmanuel, conversando con Nicodemo, nos habla sobre los círculos de la vida:

Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo,
que era uno de los notables entre los judíos.

Fue de noche a ver a Jesús y le dijo:
"Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios
para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú
haces, si Dios no está con él".

Jesús le respondió:
"Te aseguro
que el que no renace de lo alto
no puede ver el Reino de Dios".

Nicodemo le preguntó: "¿Cómo
un hombre puede nacer cuando ya es viejo?
¿Acaso puede entrar por segunda
vez en el seno de su madre y volver a nacer?"

Jesús le respondió:
"Te aseguro
que el que no nace del agua y del Espíritu
no puede entrar en el Reino de Dios.

Lo que nace de la carne es carne,
lo que nace del Espíritu es espíritu.

No te extrañes de que te haya dicho:
"Ustedes tienen que renacer de lo alto".
(Juan 3, 1-7)

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