- ¿Sabes, Sócrates, lo que acabo de oír sobre uno de tus discípulos?
- Antes me gustaría que pasaras la prueba del triple filtro.
El primero es el de la Verdad.
¿Estás seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
- Me acabo de enterar y ...
- ... o sea, que no sabes si es cierto.
El segundo filtro es el de la Bondad.
¿Quieres contarme algo bueno sobre mi discípulo?
- Todo lo contrario.
- Conque quieres contarme algo malo de él y sin saber si es cierto.
No obstante aún podría pasar el tercer filtro, el de la Utilidad,
¿me va a ser útil?
- No mucho.
- Si no es ni cierto, ni bueno, ni útil,
¿para qué contarlo?
- Antes me gustaría que pasaras la prueba del triple filtro.
El primero es el de la Verdad.
¿Estás seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
- Me acabo de enterar y ...
- ... o sea, que no sabes si es cierto.
El segundo filtro es el de la Bondad.
¿Quieres contarme algo bueno sobre mi discípulo?
- Todo lo contrario.
- Conque quieres contarme algo malo de él y sin saber si es cierto.
No obstante aún podría pasar el tercer filtro, el de la Utilidad,
¿me va a ser útil?
- No mucho.
- Si no es ni cierto, ni bueno, ni útil,
¿para qué contarlo?
Recordemos lo que nos enseñaba Yoshua Emmanuel:
Los fariseos se reunieron al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos.
Uno de ellos, experto en la ley, le tendió una trampa con esta pregunta:
—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?
—"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con todo tu ser y con toda tu mente"
—le respondió Yoshua—.
Éste es el primero y el más importante de los mandamientos.
El segundo se parece a éste: "Ama a tu prójimo como a ti mismo."
De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.
(Mateo 22, 34-40)
Uno de ellos, experto en la ley, le tendió una trampa con esta pregunta:
—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?
—"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con todo tu ser y con toda tu mente"
—le respondió Yoshua—.
Éste es el primero y el más importante de los mandamientos.
El segundo se parece a éste: "Ama a tu prójimo como a ti mismo."
De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.
(Mateo 22, 34-40)
No hay comentarios:
Publicar un comentario