Cuando queremos iniciar nuestro proceso para aprender a vivir en conciencia, rapidamente nos damos cuenta que necesitamos construirnos una actitud que nos permita estar PRESENTE en cada acto de nuestra vida.
Aparentemente esto la hacemos a diario, pero la realidad es que sólo una parte de nosotros esta presente en nuestra vida; sólo una parte de nosotros participa de los hechos de la vida diaria, sólo una parte de nosotros está en el aquí y ahora de nuestra existencia cotidiana.
Esta ausencia parcial de nuestra cotidianeidad, es la que permite que muchas de las cosas que nos suceden en nuestras vidas nunca logren ser experiencia vital, fuente de sabiduría y sólo sean una anécdota, un suceso de nuestra vida sin mayor importancia, gracioso o triste, pero sólo anécdota y por lo mismo, sin posibilidades de extraer de ella, aprendizajes de humanidad. Con suerte logramos extraer un aprendizaje superficial que esté orientado a protegernos, a cuidarnos, en resumen, un aprendizaje basado en nuestros miedos.
Estar presentes en nuestra vida, es fundamental para entrar en un camino de conciencia. Este camino implica vivir ATENTOS a todo lo que nos sucede y sentimos en nuestro encuentro con la realidad, sea esta "realidad" expresada como personas, relaciones, trabajo, economía, naturaleza, medio ambiente, etc...
Nuestro cuerpo, es el vehículo a través del cual nos movemos en esta realidad y este cuerpo recibe el impacto del contacto con lo "externo". Este impacto lo "sentimos" verdaderamente y corporalmente. Somos seres emocionales y por lo tanto las emociones bullen en nuestro ser, desde pequeñas señales a grande tormentas y es necesario estar ATENTOS a ellas pues son el lenguaje por el cual nuestro cuerpo, nos manda señales del cómo nos impacta tal o cual situación o cosa.
Cosa diferente es actuar influídos por el miedo, por sentido del ridículo o por paradigmas que no nos representan o que son impuestos socialmente. Actuar influídos por esto sólo produce un estado de TENSIÓN y este estado nos impedirá acceder al suceso o sucesos de nuestra vida con la actitud de ATENCIÓN que permite el aprendizaje.
La TENSIÓN sólo nos producirá más miedo, angustia y stress y seguirán sucediéndonos las mismas cosas que intentamos dejar atrás. Pero como seguimos repitiendo los mismos esquemas porque no hemos estado PRESENTE en nuestra vida y no hemos hecho el trabajo de aprender realmente de nuestros errores, continuamos en nuestro círculo vicioso de la TENSIÓN.
Estar PRESENTE en nuestra vida, es vivir en ATENCIÓN y esto implica necesariamente ser capaces de observarnos, escucharnos, sentirnos en este vehículo corporal. Es la manera de acceder a la sabiduría, a nuestra sabiduría... es la forma de caminar al autoconocimiento y a la responsabilidad.
Ahora la desición está en nosotros... viviremos de aquí en más, en TENSIÓN o en ATENCIÓN....??
Aparentemente esto la hacemos a diario, pero la realidad es que sólo una parte de nosotros esta presente en nuestra vida; sólo una parte de nosotros participa de los hechos de la vida diaria, sólo una parte de nosotros está en el aquí y ahora de nuestra existencia cotidiana.
Esta ausencia parcial de nuestra cotidianeidad, es la que permite que muchas de las cosas que nos suceden en nuestras vidas nunca logren ser experiencia vital, fuente de sabiduría y sólo sean una anécdota, un suceso de nuestra vida sin mayor importancia, gracioso o triste, pero sólo anécdota y por lo mismo, sin posibilidades de extraer de ella, aprendizajes de humanidad. Con suerte logramos extraer un aprendizaje superficial que esté orientado a protegernos, a cuidarnos, en resumen, un aprendizaje basado en nuestros miedos.
Estar presentes en nuestra vida, es fundamental para entrar en un camino de conciencia. Este camino implica vivir ATENTOS a todo lo que nos sucede y sentimos en nuestro encuentro con la realidad, sea esta "realidad" expresada como personas, relaciones, trabajo, economía, naturaleza, medio ambiente, etc...
Nuestro cuerpo, es el vehículo a través del cual nos movemos en esta realidad y este cuerpo recibe el impacto del contacto con lo "externo". Este impacto lo "sentimos" verdaderamente y corporalmente. Somos seres emocionales y por lo tanto las emociones bullen en nuestro ser, desde pequeñas señales a grande tormentas y es necesario estar ATENTOS a ellas pues son el lenguaje por el cual nuestro cuerpo, nos manda señales del cómo nos impacta tal o cual situación o cosa.
Cosa diferente es actuar influídos por el miedo, por sentido del ridículo o por paradigmas que no nos representan o que son impuestos socialmente. Actuar influídos por esto sólo produce un estado de TENSIÓN y este estado nos impedirá acceder al suceso o sucesos de nuestra vida con la actitud de ATENCIÓN que permite el aprendizaje.
La TENSIÓN sólo nos producirá más miedo, angustia y stress y seguirán sucediéndonos las mismas cosas que intentamos dejar atrás. Pero como seguimos repitiendo los mismos esquemas porque no hemos estado PRESENTE en nuestra vida y no hemos hecho el trabajo de aprender realmente de nuestros errores, continuamos en nuestro círculo vicioso de la TENSIÓN.
Estar PRESENTE en nuestra vida, es vivir en ATENCIÓN y esto implica necesariamente ser capaces de observarnos, escucharnos, sentirnos en este vehículo corporal. Es la manera de acceder a la sabiduría, a nuestra sabiduría... es la forma de caminar al autoconocimiento y a la responsabilidad.
Ahora la desición está en nosotros... viviremos de aquí en más, en TENSIÓN o en ATENCIÓN....??
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