Hacer introspección diaria, meditar, orar, alejarse de las conductas nocivas, etc.... parecen ser las herramientas básicas para tener una vida saludable y junto con ella, dar los primeros pasos en el autoconocimiento.
Curiosamente, estas actividades y actitudes no son promovidas en nuestros sistemas educativos, familiares y sociales; por supuesto tampoco son los elementos valóricos entregados a través de la televisión o en el mundo de los negocios.
El competir, el hacer dinero, el salir adelante a cualquier precio, el ser exitoso y medir este éxito por cuanto tenemos en bienes, dinero y cosas es la norma con la que se nos educa socialmente.
Sin embargo, nuestras vidas constantemente nos dan señales de colapso y stress, aumenta peligrosamente el consumo de tabacos, alcohol (nuestras drogas blandas y socialmente aceptadas) y los consumos de drogas duras (las que se condenan y que son consideradas "peligrosas" para la salud) y parece que a nadie le importara lo suficiente como para tomar medidas en contrario.
El fomentar una vida en conciencia de sí, dar las herramientas necesarias para ello, no sólo es fundamental para el adecuado desarrollo de una sólida convivencia humana, sino que es esencial para darle dignidad a las personas y que puedan hacer una vida plena y lejos de lo nocivo. En esto no sirve la imposición, sólo sirve la aceptación por convencimiento propio del que hace conciencia de su vida y sus equivocaciones.
Hacer conciencia de lo que somos, de todo el potencial creador que tenemos y de nuestra capacidad de manifestar aquello, es lo que permitirá la generación de una sociedad justa y equilibrada.
Curiosamente, estas actividades y actitudes no son promovidas en nuestros sistemas educativos, familiares y sociales; por supuesto tampoco son los elementos valóricos entregados a través de la televisión o en el mundo de los negocios.
El competir, el hacer dinero, el salir adelante a cualquier precio, el ser exitoso y medir este éxito por cuanto tenemos en bienes, dinero y cosas es la norma con la que se nos educa socialmente.
Sin embargo, nuestras vidas constantemente nos dan señales de colapso y stress, aumenta peligrosamente el consumo de tabacos, alcohol (nuestras drogas blandas y socialmente aceptadas) y los consumos de drogas duras (las que se condenan y que son consideradas "peligrosas" para la salud) y parece que a nadie le importara lo suficiente como para tomar medidas en contrario.
El fomentar una vida en conciencia de sí, dar las herramientas necesarias para ello, no sólo es fundamental para el adecuado desarrollo de una sólida convivencia humana, sino que es esencial para darle dignidad a las personas y que puedan hacer una vida plena y lejos de lo nocivo. En esto no sirve la imposición, sólo sirve la aceptación por convencimiento propio del que hace conciencia de su vida y sus equivocaciones.
Hacer conciencia de lo que somos, de todo el potencial creador que tenemos y de nuestra capacidad de manifestar aquello, es lo que permitirá la generación de una sociedad justa y equilibrada.
Hay una orentación que nos dejó Yoshua Emmanuel sobre todo esto:
"...buscad el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se les dará por añadidura..."
(Mateo 6, 33)
Y tú que harás, seguirás buscando la añadidura o te decidirás por el Reino de Dios y su justicia...?
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