La QUIETUD es un estado personal que implica observar y escuchar, pero no a nada externo a nosotros, sino que debemos estar totalmente centrados en nosotros mismos.
Para llegar a este estado de escuchar-SE y observar-SE, debemos pasar por la acción de volcarnos sobre nosotros mismos sin expectativas, sin prejuicios, sin miedos de ningún tipo, seguros de que no corremos ningún riesgo y sobre todo, sin preguntas.
Este último detalle es importante porque debemos comprender que buscamos la QUIETUD no para preguntar, sino que para escuchar-NOS y observar-NOS en el silencio de nuestro SER.
Este acto es de lo más importante para nuestro progreso personal pues nos contacta con la esencia de nuestro ser y nos permite comprender la sabiduría que todos y cada uno de nosotros posee para sí.
Sólo en QUIETUD lograremos acercarnos a lo que somos y comprender lo sagrado que hay en nosotros.
Para llegar a este estado de escuchar-SE y observar-SE, debemos pasar por la acción de volcarnos sobre nosotros mismos sin expectativas, sin prejuicios, sin miedos de ningún tipo, seguros de que no corremos ningún riesgo y sobre todo, sin preguntas.
Este último detalle es importante porque debemos comprender que buscamos la QUIETUD no para preguntar, sino que para escuchar-NOS y observar-NOS en el silencio de nuestro SER.
Este acto es de lo más importante para nuestro progreso personal pues nos contacta con la esencia de nuestro ser y nos permite comprender la sabiduría que todos y cada uno de nosotros posee para sí.
Sólo en QUIETUD lograremos acercarnos a lo que somos y comprender lo sagrado que hay en nosotros.
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