Los seres humanos hemos sido dotados, después de millones de años de evolución de un cuerpo material burdo o grosero que nos permite, cual escafandra, vivir en esta dualidad que se nos presenta como la realidad.
Nuestros centros etéricos (sánscrito: chakras) permiten que este cuerpo material grosero manifieste las impresiones que este mundo dual le producen a través de algo que biológicamente somos capaces de procesar y sobre todo de sentir, las emociones.
Las emociones se nos producen porque nuestro organismo secreta o excreta pequeñas dosis de químicos en nuestro sistema como respuesta a nuestro entorno y es a través de estas pequeñas dosis que nuestro organismo siente y que nosotros tomamos conciencia de esta sensación y/o emoción que se nos produce.
Cuando no estamos atentos a nosotros mismos y desconocemos nuestras reacciones al medio, a las personas y actitudes, nuestro cuerpo sigue enviando más químicos a nuestro organismo para generar un aumento de la señal emocional. Si aún así, seguimos sin hacer nada por cambiar lo que nos molesta o nos daña, entonces nuestro organismo aumenta aún más la señal, de forma de generar dolor físico o malestar o algo que haga cambiar lo que nos produce la molestia.
Cuando aún después de todo esto, seguimos sin atender las señales emocionales, entonces - a la larga - enfermamos pues nuestro organismo saturó de químicos tal o cual glándula o zona de nuestro cuerpo y nosotros no fuimos capaces de comprender las señales emocionales que se nos envió.
Es lo que denominamos como generación de un círculo vicioso emocional.
Lo lamentable de esto es que en muchas personas, este círculo vicioso emocional se nos transforma por costumbre y por acomodo, en una zona de confort, en una zona de quietud que curiosamente nos adormece y no nos permite crecer ni salir de ello. nos acostumbramos. Es una zona peligrosa pues nos rigidiza lentamente y por lo mismo, no nos permite la METANOIA y sin ella, no hay crecimiento ni originalidad, solo hay replicas y aumento de las masas.
En este sentido, recordemos que Yoshua Emmanuel nos pedía nacer de nuevo, hacer METANOIA, para que pudiéramos hacer realidad el Reino de Dios.
Debemos aprender a ser flexibles para hacer los cambios en nuestras vidas, debemos aprender del bambú que se dobla ante los vientos, evita quebrarse y sigue vivo.
Nuestros centros etéricos (sánscrito: chakras) permiten que este cuerpo material grosero manifieste las impresiones que este mundo dual le producen a través de algo que biológicamente somos capaces de procesar y sobre todo de sentir, las emociones.
Las emociones se nos producen porque nuestro organismo secreta o excreta pequeñas dosis de químicos en nuestro sistema como respuesta a nuestro entorno y es a través de estas pequeñas dosis que nuestro organismo siente y que nosotros tomamos conciencia de esta sensación y/o emoción que se nos produce.
Cuando no estamos atentos a nosotros mismos y desconocemos nuestras reacciones al medio, a las personas y actitudes, nuestro cuerpo sigue enviando más químicos a nuestro organismo para generar un aumento de la señal emocional. Si aún así, seguimos sin hacer nada por cambiar lo que nos molesta o nos daña, entonces nuestro organismo aumenta aún más la señal, de forma de generar dolor físico o malestar o algo que haga cambiar lo que nos produce la molestia.
Cuando aún después de todo esto, seguimos sin atender las señales emocionales, entonces - a la larga - enfermamos pues nuestro organismo saturó de químicos tal o cual glándula o zona de nuestro cuerpo y nosotros no fuimos capaces de comprender las señales emocionales que se nos envió.
Es lo que denominamos como generación de un círculo vicioso emocional.
Lo lamentable de esto es que en muchas personas, este círculo vicioso emocional se nos transforma por costumbre y por acomodo, en una zona de confort, en una zona de quietud que curiosamente nos adormece y no nos permite crecer ni salir de ello. nos acostumbramos. Es una zona peligrosa pues nos rigidiza lentamente y por lo mismo, no nos permite la METANOIA y sin ella, no hay crecimiento ni originalidad, solo hay replicas y aumento de las masas.
En este sentido, recordemos que Yoshua Emmanuel nos pedía nacer de nuevo, hacer METANOIA, para que pudiéramos hacer realidad el Reino de Dios.
Debemos aprender a ser flexibles para hacer los cambios en nuestras vidas, debemos aprender del bambú que se dobla ante los vientos, evita quebrarse y sigue vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario