Nuestros actos muchas veces son autojustificados con la buena intención que hemos tenido para hacerlo, pero no necesariamente el hecho de que hayan sido efectuados con buena intención, significa que sean en sí mismos, actos de bondad.
Es importante verificar que nuestros actos, que debieran ser la expresión visible de nuestro ser, estén alineados con nuestros sentimientos, conciencia y razón.
De otro modo, es posible que lo que anime nuestros actos sea nuestro sentido de lo conveniente o nuestra necesidad de ser reconocidos, aceptados o queridos, o de nuestros estados de ánimo o de un sinfín de motivos que definitivamente están fuera de lo que debiéranos expresar como seres concientes y evolucionados.
El tener la conciencia de que "ayudamos" a otro, debe ponernos en alerta pues muchas veces esta "ayuda" está animada por razones distintas a la bondad. Las más de las veces lo que está detrás de esta "ayuda" es el sentirse superior, el sentirse en una posición de supremacía y que en un acto de "extrema bondad", yo dispongo de algo mío (tiempo, dinero, cosas, etc..) y lo doy al otro.
En cambio el "colaborar" con el otro, da a entender que el otro es tan digno y capáz como yo mismo y que al colaborar con él, tengo la maravillosa oportunidad de participar de la conciencia de que todos somos UNO y que nuestros destinos están intimamente ligados.
El KAYRÓS es romper los círculos del interés, del abuso, de la falsa modestia, de la hipocresía y actuar con la verdad de ser concientes del AMOR, y este KAYRÓS es fundamental para la generación de METANOIA.
De no hacerlo así, lo único que logramos es seguir perpetuando la esclavitud de las conciencias y el achatamiento del espíritu.
Es fundamental ver la verdad de nuestros actos para dejar de ser esclavos de nuestras mentiras y vivir en la libertad del AMOR.
Recordemos lo que a este respecto nos decía Yoshua Emmanuel "...la verdad os hará libres..." (Juan 8, 32)
Es importante verificar que nuestros actos, que debieran ser la expresión visible de nuestro ser, estén alineados con nuestros sentimientos, conciencia y razón.
De otro modo, es posible que lo que anime nuestros actos sea nuestro sentido de lo conveniente o nuestra necesidad de ser reconocidos, aceptados o queridos, o de nuestros estados de ánimo o de un sinfín de motivos que definitivamente están fuera de lo que debiéranos expresar como seres concientes y evolucionados.
El tener la conciencia de que "ayudamos" a otro, debe ponernos en alerta pues muchas veces esta "ayuda" está animada por razones distintas a la bondad. Las más de las veces lo que está detrás de esta "ayuda" es el sentirse superior, el sentirse en una posición de supremacía y que en un acto de "extrema bondad", yo dispongo de algo mío (tiempo, dinero, cosas, etc..) y lo doy al otro.
En cambio el "colaborar" con el otro, da a entender que el otro es tan digno y capáz como yo mismo y que al colaborar con él, tengo la maravillosa oportunidad de participar de la conciencia de que todos somos UNO y que nuestros destinos están intimamente ligados.
El KAYRÓS es romper los círculos del interés, del abuso, de la falsa modestia, de la hipocresía y actuar con la verdad de ser concientes del AMOR, y este KAYRÓS es fundamental para la generación de METANOIA.
De no hacerlo así, lo único que logramos es seguir perpetuando la esclavitud de las conciencias y el achatamiento del espíritu.
Es fundamental ver la verdad de nuestros actos para dejar de ser esclavos de nuestras mentiras y vivir en la libertad del AMOR.
Recordemos lo que a este respecto nos decía Yoshua Emmanuel "...la verdad os hará libres..." (Juan 8, 32)
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