Defiéndeme de las fuerzas contrarias,
en el sueño nocturno cuando no soy consciente,
cuando mi sendero se hace incierto.
Y no me dejes nunca más,
no me dejes nunca más.
Devuélveme a las zonas más altas,
a uno de tus reinos de calma.
Es tiempo de escapar de este ciclo de vida.
Y no me dejes nunca más,
no me dejes nunca más.
Porque los gozos del más profundo afecto
o del anhelo más sútil del pulso
sólo son la sombra de la luz.
Recuérdame lo infeliz que me siento
lejos de todas tus leyes.
Cómo no malgastar el tiempo que me queda?
Y no me dejes nunca más,
no me dejes nunca más.
Porque la paz de ciertos monasterios
o la armonía vibrante de todos mis sentidos
sólo son la sombra de la luz.
(Tomada de Webislam)
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