Todas las preguntas que se suscitaron aquel día en la reunión pública estaban referidas a la vida más allá de la muerte. El Maestro se limitaba a sonreír sin dar una sola respuesta.
Cuando, más tarde los discípulos le preguntaron por qué se había mostrado tan evasivo, él replico: ¿no habéis observado que los que no saben qué hacer con esta vida son precisamente los que más desean otra vida que dure eternamente?
Pero ¿hay vida después de la muerte o no la hay?, insistió un discípulo.
¿Hay vida antes de la muerte? ¡Esta es la cuestión!.
Replico enigmáticamente el Maestro.
(Anthony de Mello)
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