Vivimos en una sociedad tan acostumbrada a las externalidades de la vida, que las ha puesto en un pedestal frente al cual todos debieramos rendir pleitesía.
El dinero, las cosas, las carreras profesionales, los barrios, las amistades, los colegios, el estatus social, la familia (y sus tradiciones), las relaciones sociales, etc. pasan a ser los elementos por medio de los cuales, nos formamos una impresión del otro, cualquier otro, y en tanto ese otro cumpla con los "requisitos", lo clasificamos en conveniente o inconveniente para nosotros y nuestro éxito.
No es fácil vivir en esta paradoja social, menos aún para quienes ya sea por el anhelo de su corazón o porque aún sentimos que el SER es lo más importante, luchamos por hacer prevalecer lo más importante que tenemos, nuestra humanidad y a veces, frente a este sinsentido, nos sentimos aplastados, nos sentimos con miedo....
Algunos artistas han expresado esta frustración y miedos de diversas maneras. A continuación una canción de 1994, Basket Case (Caso Perdido)...
El dinero, las cosas, las carreras profesionales, los barrios, las amistades, los colegios, el estatus social, la familia (y sus tradiciones), las relaciones sociales, etc. pasan a ser los elementos por medio de los cuales, nos formamos una impresión del otro, cualquier otro, y en tanto ese otro cumpla con los "requisitos", lo clasificamos en conveniente o inconveniente para nosotros y nuestro éxito.
No es fácil vivir en esta paradoja social, menos aún para quienes ya sea por el anhelo de su corazón o porque aún sentimos que el SER es lo más importante, luchamos por hacer prevalecer lo más importante que tenemos, nuestra humanidad y a veces, frente a este sinsentido, nos sentimos aplastados, nos sentimos con miedo....
Algunos artistas han expresado esta frustración y miedos de diversas maneras. A continuación una canción de 1994, Basket Case (Caso Perdido)...
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