"Te busco en todas mis auroras y crepúsculos,
extiendo hacia ti mis manos y mi rostro.
Hacia ti grito con el corazón sediento,
como el mendigo que pide junto a mi puerta.
Las alturas no pueden servirte de morada,
Tú resides dentro de mí.
Yo, realmente, escondo en mi corazón tu gloriosa presencia,
mientras mi amor por ti rebosa por mi boca.
Por eso te ensalzaré, oh Señor, mientras tu aliento esté en mí"
(Ibn Gabirol)
extiendo hacia ti mis manos y mi rostro.
Hacia ti grito con el corazón sediento,
como el mendigo que pide junto a mi puerta.
Las alturas no pueden servirte de morada,
Tú resides dentro de mí.
Yo, realmente, escondo en mi corazón tu gloriosa presencia,
mientras mi amor por ti rebosa por mi boca.
Por eso te ensalzaré, oh Señor, mientras tu aliento esté en mí"
(Ibn Gabirol)
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